From eaaba016897be57ddd213beeacbf82dda2199fba Mon Sep 17 00:00:00 2001 From: NikaZhenya Date: Sat, 9 Sep 2017 12:25:19 -0500 Subject: [PATCH] =?UTF-8?q?M=C3=A1s=20blablabl=C3=A1?= MIME-Version: 1.0 Content-Type: text/plain; charset=UTF-8 Content-Transfer-Encoding: 8bit --- .../README.md | 165 +++++++++++++++++- 1 file changed, 163 insertions(+), 2 deletions(-) diff --git a/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md b/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md index abcacd8..eec0179 100644 --- a/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md +++ b/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md @@ -1,5 +1,10 @@ # ¿Puede pensar la inteligencia artificial? +> Sumario. La inteligencia artificial y el problema del «pensar». El +> «decubrimiento», «invención», «encuentro», «desencuentro» y «choque» de +> América. El reino, el muro, la selva y todavía más allá. El motín por la +> inteligencia artificial. + Este texto no aporta nada significativo al campo de la inteligencia artificial (IA) ni tampoco al campo de estudio con el que se piensa contrastar; a saber, la historiografía regional colimense o, en un sentido más amplio, a la historia @@ -371,14 +376,168 @@ hechos históricos, lo que quiero poner de relieve es que la comprensión del «decubrimiento», «invención», «encuentro», «desencuentro» y «choque» de América es tanto un conjunto de hechos como su reconstrucción para tener un conocimiento general de este momento específico de nuestra historia. Esta reestructuración -tan nuestra se comprende aquí a través de estos fenómenos: 1) el +tan nuestra se comprende aquí a través de estas nociones: 1) el desconocimiento y los procesos de 2) asimilación limítrofe, de 3) humanización, de 4) diferenciación y, por último, de 5) confrontación. Es un factor fenoménico descrito desde una perspectiva general. Pero quizá también sea aplicable, con sus respectivas modifiacciones, para la comprensión de otro fenómeno… -## La aculturación en la inteligencia artificial +## El reino, el muro, la selva y todavía más allá + +La narración anterior tiene tal deuda con otras personas que acepto no haber +podido visibilizarlos a todos, lo único que puedo mencionar es que «nada» de +eso es «mío», así como el resguardo digital de la bibliografía empleada +durante una investigación, como fue mi caso con la fundación de Colima, es +importante para evitar esta pérdida. Pero bueno, ¿en qué estábamos? Ah, sí, +¿qué tiene que ver una interpretación sobre ese facinante fenómeno que +ocurrió a los extremos del océano Pacífico durante el siglo XVI con la IA? + +Los pormenores sobre el problema de una doble fundación de la Villa de Colima +con el tiempo formaron un montículo de barro que ha sido base del modelo, +aún fresco, de cinco nociones guías para la comprensión de un conjunto de +hechos históricos. Hablaré sobre ello como alteración de su forma para su uso +en el problema en torno a si la IA puede pensar. + +Que los españoles a partir de las quimeras de su mundo o que lo americanos +desde el carácter mítico del suyo hayan comenzado la asimilación de +horizontes, implica una metáfora espacial entre lo lejano y lo cercano. +Si el límite es el lugar donde yace la ficción o el mito —aquello «irreal», +«amorfo», «ambiguo», «no convincente», «poco consistente» y «quebradizo»—, en +la medida que nos vamos acercando la tierra empieza a tener un poco más de +sentido, comienza a ser más significativa para nuestra vida porque en ella +apreciamos los recuerdos de lo que hemos sido, se asoma ese suspiro de ya estar +cerca de nuestro hogar y nace ese deseo de al fin desnudarnos y poder +descansar en esa *propiedad* donde nos sentimos seguros. + +Lo cercano es lo mío, es lo nuestro, es ese espacio de dominio por el que +día con día legitimamos su existencia como pertenencia nuestra con diversos +quehaceres. La legitimización no es por vía jurídica o mediante el poder del +Estado: el derecho y cualquier forma de estructura política crece sobre ese +lugar común de convivencia. Lo que le da fundamento es el cuidado para que esta +tierra —que no es inerte, sino viva: mundo— no desfallezca, su uso por ser base +de nuestras actividades diarias hasta la muerte y su transformación para +convertirla en un hogar, en el café y el pan después de la tormenta. Su peso es +dado por nuestro trabajo, pero no solo ese trabajo-trabajo que implica el uso +de la mano, el sudor hasta el óbito o la pérdida de lo que de antaño +considerábamos nuestro pero que fue sacrificado para no perder el dominio. +Trabajo también es ese esfuerzo de tratar de ver —entre los supuestos y los +prejuicios de quienes nos heredaron el reino— su fondo, ¿cómo construir si +desconocemos los cimientos, si no tenemos planos de esta cosa tan compleja que +se nos fue dada y la cual llamamos mundo? + +El «reino» porque eso que consideramos tan nuestro, tan propio, no es +políticamente neutro. Es más, en la mayoría de los casos tampoco es justo. Uno +imagina que el hogar es un espacio de tranquilidad y de comunión pero por lo +general eso no es mas que un deseo. Antes de llegar a casa los músculos +comienzan a relajarse; sin embargo, ya desde el umbral de la puerta empezamos +a escuchar el ruido, a oler el estercolero, a sentir el lodo que mancha +aquello a lo que hemos dedicado nuestro tiempo. La limpieza pasa de algo +lejano que hacían nuestros padres —más bien nuestras madres— a ser un rito. +De un de repente entre la barrida o la trapeada caemos en cuenta que ya somos +adultos: nadie está para limpiar nuestra mierda, pocos toleran ya nuestro +desorden. + +¿Qué hacemos pues ahí, si no es tan placentero? ¿Acaso es miedo de huir o +resignación porque lo peor es nada? No: es lo que somos. Somos espacio y +somos tiempo, pero no en esa abstracción que es el espacio cartesiano o el +tiempo como veinticuatro horas al día durante trecientos sesenta días al año +—esa libertad de ir a donde sea y ese ir solo hacia una muerte en lugar de un +mejor destino—. El espacio es ese reino que todo el tiempo limpiamos, +¿cómo alejarse cuando nuestro ser no solo brota, sino que se funde entre +cara vericueto de esa arquitectura? + +Durante un tiempo pensamos que dicho «reino» era un proyecto que se nos dio +sin preguntarnos si queríamos continuarlo, un esbozo al que nos correspondía +darle un rumbo o quemarlo, un bosquejo donde solo uno, con la llave maestra +de lo auténtico, tenía el poder de decidir si se cumplía o pasaba a ser abyecto. +Pero nos equivocamos, el reino es la mancha de sangre que por más que +intentamos quitarla ya se quedó y ahora es evidencia de lo que somos. No es +externo ni una prolongación de mí, tampoco son mis actos, sino una estructura +fundada por lo que hemos sido y por lo que queremos ser. El reino es el +epicentro del ser, ese modo que somos y que damos por sentado y no dudamos, +que nos hace confesar que pese al disgusto y el asco provocado, lo que más nos +frustra es ser tiempo dedicado a un espacio en común cuya complexión nos impide +ser los únicos hacedores de nuestro destino. Más que «falta de tiempo» para +cumplir con lo asignado, es un quehacer sin estar al tanto de que a esas +pequeñas cosas a las que les dedicamos tiempo —aunque no lo queramos y pese a +que las llevemos a cabo por responsabilidad o para no fallarnos— terminan por +ser parte de nosotros: cumplen su ciclo al determinarnos en lo más profundo, +al marcar la pauta de lo que ahora somos. + +El reino no solo carece de paz por el enorme peso de ser a cada instante, la +hostilidad también viene porque solo en el sometimiento se encuentra la +estabilidad buscada. Podemos negarnos ser y recluirnos o ser llevados hasta la +nada. No todas las posibilidades del ser son edificantes, tal como su epicentro +espera. Paso a paso se puede ir o se nos arroja a los márgenes del reino para +*ser nada*. Es decir, ser momento, desaparición o muerte, y ser olvido, +recuerdo o espectro para quienes nos ven alejarnos. Ese espacio donde el ser +pasa a ser efímero es la nada: lo que yace inmediatamente afuera del reino, +esos campos donde se cultivan los frutos que ha de comer el reino, eso tan +menospreciado pero al mismo tiempo tan necesario para que el ser sea mármol +que no sucumbe a nada. + +¿Cómo puede el reino edificarse si no busca más allá de sí lo que puede tomar +con la mano? ¿Qué no es acaso por la nada —ese ser paupérrimo— que el ser se +funda como ser «real», «con forma», «convincente», «consistente» y «sólido»? +La nada, más que una oposición al ser, es el ser degradado desde la mirada del +ser edificado. Como la nada también es, es esa tierra erosionada que a cada +instante avanza, es arena que se mete entre los dedos de los pies y de ahí +a nuestra casa: es parte de esa suciedad que a cada instante nos demuestra +que el mundo como un espacio «limpio» es la necedad de ser fundado. + +¿Qué hacer cuando la nada también avanza y esto se percibe como amenaza? No +hay mejor defensa que un muro. El reino hace un último esfuerzo de demostrar +su poder fundante al construir, alrededor de lo que considera su espacio vital, +una pared cuyo acceso es controlado. La división entre el ser efímero y el +ser edificado es una decisión política que afecta la arquitectura del espacio +de convicencia. Es una resolución que no necesita consentimiento porque es el +epicentro quien la implementa por la fuerza. Y eso nuevo que constriñe al reino +y que en un primer momento es molesto y despreciable, poco a poco pasa a ser +aceptado y alabado. La política autoritaria poco importa cuando el tiempo +borra su violencia y legitima la nueva configuración que ha creado. El muro +impide un mayor crecimiento del reino, por lo que su ser se derrama a sus +afueras: entre más bárbaros, más civilizado es el reino. Y entre quienes de +manera arbitraria les tocó quedarse encerrado entre los muros, desde sus puertas +o por lo alto de las paredes contemplan un panorama desolador que solo el muro +evita su choque con el reino. La nada de ser efímera pasa a ser eso otro +radicalmente distinto del ser entre muros, de lo que desde adentro se dice que +es el ser, sin coletilla, porque no hay más ser allá de ese muro. + +¿Qué tal si el reino no tuviera muros? ¿Que pasaría si el dominio no estuviese +limitado por la nada? ¿Cómo sería si la nada no existiera? El reino que nos +fue entregado ya tenía incluido un muro. Pero el ser y la nada es política +ontológica de este mundo. Ente porque nos hace ser lo que somos en un *polis* +que define el modo de desenvolvimiento tanto dentro como afuera del muro. +Esto significa que en otro mundo esto no fue necesariamente así: en otro +horizonte ni la nada ni el ser eran; es decir, el reino no fue sinónimo de +ser fundado. + +Lo que se considera «verdadero» en este reino fue la vara de medida por la +cual «*nelli*» fue traducida del náhuatl como «verdad». Pensar que *nelli* +es una particula que quiere decir la «verdad» es intentar imponer las reglas +de este reino sobre otro mundo cuyo orden no se regía por el ser ni por la nada. +El mundo era, pero no tenía ni necesitaba de ser. *Lo que es* en ese mundo +su epicentro era una base más fugaz: era raíz. El mármol yace *sobre* la tierra +y se queda ahí erosionándose por milenios o hasta que alguien más viene y lo +destruye. Mientras tanto, de las semillas brotan las plantas *desde* la tierra +cuyas raíces se dispersan por el suelo, luego maduran y después mueren para +ser abono y comenzar de nuevo con el ciclo. Todo esto pasa mientras el mármol +sigue ahí, a la expectativa de ser material fundante. En un mundo donde no hay +ser ni nada, no hay muro que separe al reino de sus márgenes inmediatos: lo +que es enraizado convive con lo que no tiene raíz, juntos permanecen en ese +espacio en común, que sin ser del todo pacífico, no hay autoridad que marque +una pauta porque ni siquiera existe un marco de referencia donde estos +elementos estén en dicotomía, sino que más bien los dos extremos que al +fundirse crean un mundo. Así que el muro, más que dado, fue constituido y ha +sido mantenido por quienes estuvieron aquí antes que nosotros. + +Más allá del espacio común de convivencia —ahora diferenciado +por un muro entre el reino: el ser edificado, y la nada: el ser efímero— está +la selva: aquello que es pero sin que el reino pueda instaurarlo como ser o +como nada. + +## El motín por la inteligencia artificial --- @@ -390,6 +549,8 @@ Confrontación => Aculturación +**Poner guiones: —** + Más que el europeo haya dotado de «ser» a América, le **implantó un orden de las cosas** en torno a algo tan desconocido y euroasiático como lo es el concepto de «ser».