From d902635ff8313a847011514dad7407e711ff2605 Mon Sep 17 00:00:00 2001 From: Nika Zhenya Date: Tue, 17 May 2022 11:22:22 -0500 Subject: [PATCH] Arreglo --- README.md | 1 - .../README.md | 554 ------------------ 2 files changed, 555 deletions(-) delete mode 100644 material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md diff --git a/README.md b/README.md index 95dc59b..664656f 100644 --- a/README.md +++ b/README.md @@ -11,7 +11,6 @@ que ha sido publicado después. *La fundación de Colima* | Tesis *La fundación de Colima: lugar de encuentro y desencuentro de la historiografía regional* | Material suplementario *Colima y Tuxpan: una historia compartida, una historia en el olvido* | Material suplementario -*¿Puede pensar la inteligencia artificial?* | Material suplementario ## Advertencia diff --git a/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md b/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md deleted file mode 100644 index b74a07f..0000000 --- a/material-suplementario/3 - ¿Puede pensar la inteligencia artificial?/README.md +++ /dev/null @@ -1,554 +0,0 @@ -# ¿Puede pensar la inteligencia artificial? - -> *Sumario*. 1. La inteligencia artificial y el problema del pensar. 2. El -> decubrimiento, invención, encuentro, desencuentro y conquista de América. -> 3. El reino, el muro, la selva y todavía más allá. 4. El motín por -> la inteligencia artificial. - -## 1. La inteligencia artificial y el problema del pensar - -Dentro de la teoría de la IA se da por sentado la división del campo de estudio -en dos grandes ramas: - -1. La IA «débil» o «estrecha» que consiste en diseñar un sistema para que - resuelva una tarea específica. Como ejemplo tenemos la IA que puede jugar - ajedrez o go, o que es capaz de manejar un automóvil o mantener una - conversación con una persona. Se le llama «estrecha» porque más allá de esa - tarea específica, que quizá puede realizarla mejor que una persona, - no puede hacer nada más. Incluso cuando dentro de esa misma tarea aparece - una variable que no había sido completada, este sistema tiende a fallar; - p. ej. la modificación del tablero de ajedrez o de go a una forma hexagonal. - En este sentido es «débil» ya que su adaptabilidad puede requerir de una - modificación de su código fuente por un tercero, a diferencia de las - personas, que en mayor o menor medida por sí mismos pueden llevar a cabo la - misma función tomando en cuenta el nuevo contexto. Por su carácter, este - tipo de IA se enfoca más en obtener un alto rendimiento en una cuestión - en «particular». - -2. La IA «fuerte» o «general» que consiste en la creación de un sistema que - tenga la capacidad de realizar tareas de diversa índole. Esta clase de - IA es inexistente en la actualidad por los retos que plantea. Sin embargo, - en teoría se visualiza con la capacidad de equiparar o de superar las - capacidades «cognitivas» humanas. Ejemplos de esta clase de IA se encuentran - en la ciencia ficción como HAL 9000 o la Matrix. Es «general» porque no está - diseñada para cumplir una tarea en específico, sino que de manera amplia - tiene el objetivo de «conocer» y «aprender». Y se le denomina «fuerte» ya - que su índice de adaptabilidad a nuevos contextos se perfila al menos de - manera equitativa a las capacidades humanas. Por sus carácterísticas, este - tipo de IA supone la construcción de una estructura «general» para la - resolución de objetivos «particulares». - -La IA «fuerte» se constituye como un límite, un ideal, que da dirección y norma -parte del quehacer actual de quienes desarrollan la IA «débil». O viéndolo de -otra manera, el campo de la IA no nace ni se entendería plenamente sin el -constante optimismo de aproximarse a la ficción, donde su continuo fracaso no -se percibe como un paso regresivo, sino como un aprendizaje que va -*hacia adelante* en la consecución de dicho ideal. - -Pero prefiero otra división cuando se trata del problema sobre si la IA -«piensa», que más adelante intentaré indicar su pertinencia: - -1. La IA que pretende «emular» el modo de pensar humano. -2. La IA que se concibe como la «exploración» de un tipo de pensar no-biológico - y no-humano. - -No obstante, ya sea una «emulación» o una «exploración», de un modo usual se -tiende a hablar de «pensar» y de «conciencia» de la IA y de cómo esta -«singularidad» puede tener tal importancia histórica como el surgimiento de -la filosofía a partir de diversas tradiciones —principalmente asiáticas o -africanas— la llegada del cristianismo a Occidente, el Renacimiento o el -surgimiento del pensamiento moderno. La pregunta es: si aún no existen datos -suficientes que nos permita tener una aproximación clara sobre la «emulación» -o la «exploración» de nuevas formas de pensar, ¿por qué sin ningún reparo se -habla de «pensar» y de «conciencia» de la IA? - -Una respuesta podría ser que al no existir todavía conceptos que se adecúen a -lo que se está realizando en la IA, se recurre a los términos de «pensar», -«conciencia», «entendimiento» o «aprendizaje» de manera equívoca, como metáfora -o analogía para que sea más fácil el entendimiento del objeto de estudio de -esta disciplina. Suena convincente pero hay un problema: si se recurre a un -significado figurativo debido a que no hay palabra que pueda describir a esa -cosa llamada IA, ¿por qué no mejor se usan las nociones de «ejecutar», -«procesar», «relacionar» o «guardar», es decir, términos un tanto más -«maquinales» y menos «biológicos»? - -Ojo: en gran parte de las profundidades de la teoría e ingeniería de la IA -efectivamente no se usan los términos de «pensar», «conciencia», etc. Sin -embargo, es extraño que coloquialmente las personas involucradas en esta -disciplina se expresen de esta manera ya que, más allá de jugar con la -flexibilidad de los conceptos, es también una muestra de cómo se perciben a sí -mismos y a su campo de estudio. ¿Acaso no sería más entendible para el público -general que la IA es una computadora muy avanzada que procesa información en -lugar de hablar de algo aún más perplejo como lo es la «conciencia» y el -«pensamiento»? Quizá es porque de manera efectiva la IA es o será algo más que -una supercomputadora recursiva, pero tal vez es como el personal involucrado -*se ve a sí mismo creando algo que no es solo una «máquina»*. - -La insistencia parece necia, «¿Qué importa si en la divulgación o entre pláticas -del día a día se hable de “pensamiento”, “conciencia”, “entendimiento” o -“aprendizaje”?, ¿qué más da si la IA “piensa” o no? Carece de sentido, lo -*esencial* es que se están creando sistemas que tienen una mejor capacidad de -predicción y de creación de vínculos que los humanos, incluso al punto que -es tan grato como alarmante». Cuando el «pensar» y el «ser conciente» se -descorporaliza —se «abstrae»— poco o nada puede alarmar la extrapolación de -términos cuya base fenoménica son las funciones biológicas y que de modo -directo afectan el modo en como se entiende el fenómeno del posible pensar -no-biológico. - -La abstracción se dio desde muy temprano en la historia de la filosofía -occidental. Platón y su mundo de las ideas no solo creó una dicotomía entre -el «alma» y el «cuerpo», también fundó la base para entender el proceso del -pensar —y de paso del filosofar— como una labor que poco o nada se parece a -otros tipos de quehacer, como puede ser la creación de una escultura o la -agricultura: esas actividades que requieren el uso de la «mano». Y aunque -una genealogía de los fundamentos filosóficos de la IA sería interesante, lo -relevante aquí es que esta abstracción «sobre» el pensar: 1) fue un despojo de -su base biológica y 2) es una concepción enraizada en nuestra tradición -intelectual, por lo que no es una visión nueva ni propia de la IA, sino que -yace debajo. - -El vínculo entre el «pensar» y la «conciencia» con las funciones biológicas de -un «cuerpo» es una condición por la que nuestra cultura ha podido hablar al -respecto, donde su «inesencialidad» es más un constructo propio de una -tradición que un «hecho». O en otros términos, el ser que piensa y que es -consciente siempre ha sido referido a un ser vivo. Pero no solo eso, lo que -hemos entendido por «pensar» está asociado de una u otra forma a una estructura -orgánica cerebral desde un sentido abierto donde entran los animales humanos y -no-humanos, pasando al intermedio por el cual solo los homínidos forman parte -del club, hasta el completo cierre en nuestra especie: nunca ha sido referido -a cualquier ser vivo. - -Con esto no se niega la posiblidad de otras formas no-biológicas del pensar; -más bien se hace hincapié que además del desarrollo técnico y los avances -relativos al entendimiento del funcionamiento del cerebro, la teoría de la IA -también se las tiene que ver con la genealogía de los conceptos de «pensar» y -de «conciencia». Tampoco se quiere indicar que el estado de la investigación -actual esté por un rumbo «erróneo», sino tan solo que tal vez esté incompleto. - -La inquietud es, ¿cómo puede ser posible entender el mecanismo del pensar -biológico y cómo será plausible la búsqueda de un tipo no-biológico del pensar, -si se pierde de vista que mucho de lo que entendemos por «pensar» tiene una base -cultural que ha delimitado el marco teórico que permite hablar de «emulación» -o de «exploración»? En otros términos: la ruptura de una tradición implica -*estar al tanto* de lo que engloba, un conocimiento explícito que -premeditadamente se deja de lado; de lo contrario, más que ruptura es -ignorancia. ¿Qué tanto la teoría de la IA *ha caido en cuenta* sobre los -supuestos y prejuicios que los conceptos de «pensar» y de «conciencia» han -estado aglutinando a través de siglos, y cómo esto afecta en la «reconstrucción» -o «destrucción» de lo que entendemos por estos conceptos? - -Más allá de una búsqueda de mantener al «pensar» y a la «conciencia» en sus -límites biológicos, de denunciar una «violencia teórica» o de argumentar que, -en efecto, la IA no piensa, quizá un recorrido en otro campo ayude a mostrar -otra cara de este problema… - -## 2. El decubrimiento, invención, encuentro, desencuentro y conquista de América - -Cuando Colón arribó al Caribe ignoró que estaba tocando pie en un «nuevo» -continente. Pese a las sospechas que lo fastidiarían el resto de sus días, -el «descubridor» de América siempre pensó que lo que había «descubierto» era -una nueva ruta a las Indias. Vaya carácter enigmático el de este fenómeno: -a partir del desconocimiento paulatinamente se forjaría una idea de lo -que se conocería como Nuevo Mundo y, más tarde, América. - -Este proceso que parte del desconocimiento hasta la confrontación —no solo en -el plano bélico sino también en el discurso— es lo que de cierta manera -permite indicar que fueron los españoles —primero los aventureros y luego los -conquistadores y evangelizadores— los «descubridores» de América. Contactos -entre este continente y el resto ya habían existido: lo que conocemos por -América no estaba del todo aislado, simplemente estaba afuera, más allá del -límite de las cosmovisiones de las culturas europeas, asiáticas, africanas u -oceánicas. Así como en la antigua Grecia todo aquello fuera de la influencia -helénica era considerado «bárbaro», así también América no había sido -incorporanda al horizonte de sentido de las culturas al otro lado del océano. -Es más, América no era ni «bárbara», ya que esto implica una entrada negativa, -era pura «nada» —pero «nada» para ellos, por supuesto. - -La exploración, conquista, colonización y evangelización españolas serían -el punto de arrastre que anexionarían este continente en el marco de la -cultura occidental. Más que el europeo haya dotado de «ser» a América, le -implantó un orden de las cosas en torno a algo tan desconocido y euroasiático -como lo es el concepto de «ser». El verbo «dotar» no es un simple «dar» sino -un «otorgar lo que se necesita», ¿cómo pues se podría dotar de «ser» a -este continente si la noción de «ser» —ojo: no de «lo que es»— ni existía y -durante mucho tiempo tampoco fue menester? América, más que «nada», era un -«todo» desordenado: una masa amorfa para la estructura de Occidente. - -«Nuevo Mundo», difícilmente será un término que vuelva a resurgir en nuestra -historia debido al avance de la técnica. En el siglo XVI la capacidad de -observación —entendida como una visión que no solo contempla, sino que también -absorbe lo que tiene en su mirada— estaba en reciente expansión. Mientras tanto, -en la actualidad esta capacidad ya ni siquiera se mide en kilómetros, sino en -años luz. Es tal la dilatación de nuestra capacidad de observación que ya hemos -incorporado en nuestro horizonte de sentido lugares en el universo que tal vez -nunca alcanzaremos, pero que han destruido nuestro lugar privilegiado en el -cosmos junto con esa idea e imposibilitando la completa paralización que supone -el tocar pie en una tierra que ni se sabe dónde estaba ni qué era. - -Se trata del sentido primogenio de cómo, sin anticipación alguna, uno se topa -con una entidad geográfica que se suponía «no estaba ahí». No solo lo digo -por el desconocimiento y asombro que tuvieron los europeos al venir a América, -sino también del desasosiego y shock que los americanos —el denominativo es -equívoco, pero déjenme continuar— palparon al ver y tener noticia de la -existencia de esos otros lares. Aunque el término de «Nuevo Mundo» -históricamente se haya aplicado a la noción occidental sobre América, bien es -aplicable a la sensasión que los americanos sintieron respecto de Europa: -Occidente también fue «nada». Ni América tenía que estar ahí, ni el resto de -los continentes se suponían que yacían ahí. El grado de ignoracia por ambas -partes fue tal, que por ello en nuestros días difícilmente y sin previo aviso -una masa se aparecerá ante nuestra mirada expectante —y más si se cae en cuenta -que esta aparición *ex nihilo* no fue una llana masa inerte, sino llena -de «vida». - -La aparición de «nueva vida», más específicamente de «vida semejante», es lo -que empezó un proceso de digestión que no fue políticamente neutro ni del -todo propio de cada uno de los individuos —americanos o españoles. ¿De qué -manera traer a sí algo tan desconocido pero al mismo tiempo tan similar? ¿Cómo, -pues, cada cultura iba a incorporar a su horizonte cultural una «nada» que casi -de la noche a la mañana se develó como un «ser otro»? El «ensueño de la -imaginación» —como gusta llamarle Romero de Solís— es el vínculo dentro de -esta crisis de identidad. - -Cuando algo tan «irreal» cae sin previsión en el mero centro de la «realidad» -considerada consumada, es la ida a sus límites lo que facilita su digestión a -prisa, con desvelo y a contrapelo. Los americanos no necesitaban de los -españoles para darle cumplimiento a su realidad: la idea de la espera del -regreso de Quetzalcóatl no era una opinión compartida. Ni los españoles -precisaban de América para terminar de pulir su realidad: querían nuevas rutas -de mercado, la Corona anhelaba la legitimación de su poder ante una Europa -perspicaz con sus acciones, suponiendo ya una realidad como dada. Pero pese a -esta autosuficiencia, América se convirtió en el umbral que trajo a España a su -edad de oro —en sentido figurado y literal— y lo que convirtió a los españoles -en entes divinizados y a la vanguardia, y a los americanos en servidumbre -a desganas. - -Este desenvolvimiento de los hechos no me parece que haya sido ingenuidad por -parte de los americanos o suerte de los españoles. En los límites de lo real -aconteció una incorporación que permitió ver cara a cara al otro a partir de -la ficción y el mito. Para los españoles América fue la expresión concreta -de sus novelas caballerescas. Mientras que para los americanos fue la -condensación de mitos en ese modo tan suyo de presentarse: como realidad que -no termina de cuajar. - -Un aspecto interesante es que la digestión española no fue a través de la -incorporación de personas a su mundo, sino la anexión de tierras y riquezas. -En el universo discursivo de las novelas caballerescas hablaba de doncellas, -destrucción heróica de enemigos, fama, gloria y riquezas. Nada distinto a -los planes generales de Hernán Cortés, a su estricto cuidado en conocer toda -la geografía de Mesoamérica o encomendar la exploración de Colima, -específicamente en Cihuatlán —ahora parte de Jalisco— por la noticia de que -había un lugar con muchas perlas y mujeres hermosas —las Amazonas. Tampoco -nada opuesto a Nuño de Guzmán y la exterminación sin peso de conciencia de -los americanos: su lucha épica por moldear el occidente mesoamericano para -el proyecto de «Nueva Galicia» de la Corona. Ni extraña el hecho que ante el -desobedimiento de sus huestes y el primer enfrentamiento con los nativos de -Colima, Hernán Cortés mandara a unos de sus generales de mayor confianza, -Gonzalo de Sandoval, a que inmediatamente fuese a «pacificar» estas tierras: -no solo era una desestabilización política por abrir nuevos frentes cuando la -victoria aún no estaba asegurada, también implicaba la lucha titánica que -merecía un «buen ejemplo» del triunfo de los caballeros de la Corona; es decir, -violencia al tope para exaltar al héroe a la par que demostraba su lealtad ante -sus señores —y la espera de una buena fama y encomiendas. Así también puede -entenderse al pobre Francisco Cortés y su anhelo por ir lo más lejos posible del -nuevo horizonte español, esa frontera donde la ficción aún podía fundirse con la -realidad; pese a su intento, olvidó que la puesta al límite implica una relación -de poder, la cual siempre sería opacada por su pariente más sobresaliente —el -mismo Hernán Cortés— hasta su trágica muerte: la aniquilación buscada por un -caballero sediento de fama. - -La digestión americana fue a través de cada uno de los españoles, porque de -Occidente lo único que sabían era lo que les contaban. Fue el contacto de -una cultura por medio de la piel, el hierro, la técnica, la mirada y esa palabra -difusa del caballero —que engaña y que no ve del americano mas que un intermedio -entre él y las riquezas de América. Cuando de otra cultura solo se tiene al otro -para comprenderla, cualquier objeto, cualquier cháchara, cualquier conversación -es deseada para poder digerir esa realidad que se tienta desmoronada. Que se -vaya el oro, que se haga la fiesta, que los recursos se inviertan en cualquier -partícula de aquello que no nace en esta tierra: espejos y conversaciones: -sensación extraña que no termina de asentarse. En este límite la técnica fue -agente para la digestión. Cuando Cortés mandaba a dar cañonazos causaba -más pánico el estruendo y el hedor de la pólvora quemada que la capacidad -destructiva del cañón. El caballo no se veía como un instrumento militar ni -los bergantines como señales de amenaza militar. Fue la envergadura, el ruido, -el olor y la textura tan novedosos para los americanos, tan más radicalmente -inédito como insólito fue el panorama de estas tierras para los españoles. -Esta manipulación de las sensaciones por parte de seres tan semejantes a los -americanos fue lo que en su límite se captó como el deshilachamiento del mito -en las hebras que componían las venas de aquellos entes. No eran totalmente -dioses, pocos así lo creyeron, pero tampoco eran del todo hombres por esa -técnica tan extraña a su horizonte mundano. ¿Entonces? Digestión con recelo -hasta que con el tiempo los mismos españoles evidenciaran su igualdad humana -y el horroroso caso de una técnica diseñada para dar muerte en lugar de cantos: -armaduras, caballos, espadas, lanzas, cañones, bergantines y retórica, todo -perfilado para manchar de sangre semejante porte. - -Del espacio caballeresco y de la extravagante técnica del hombre se siguió la -nivelación del tono. Los españoles se dieron cuenta que las riquezas de América -no estaban en la espera de su cosecha, sino que implicaban el trabajo y la -planificación según el modo de obtención que su horizonte ya conocía, donde -la «ayuda» de los nativos era necesaria: no fue suerte, sino el trabajo -intelectual y físico lo que abrió la puerta de oro a España —y la desgracia de -los americanos que fueron usados o exterminados. En la sed material de los -españoles y su extraña idea de la Trinidad —¿cómo los dioses habrían de *creer* -en otro Dios?—, los americanos cayeron en cuenta de que los europeos no se -distanciaban mucho de ellos: no fue ingenuidad, sino un proceso de digestión -desde la encarnación del mito a su desmitificación. Entonces, aconteció un -fenómeno de «humanización»: verse a sí mismo en el otro. - -Un encuentro fundamental fue entre los viejos americanos y los monjes -franciscanos. El fenómeno de humanización solo duró días. Entre las -conversaciones se percibió un transfondo común completamente «humano» de -dudas y tentativas de respuesta respecto al significado, el sentido y la raíz -de cada una de estas realidades. Pero la distancia también fue garrafal. Los -españoles no lograban entender la importancia y el sentido que las celebraciones -tenían en Mesoamérica, incluida la práctica del sacrificio. A los americanos -les costaba abstraer la idea de un Dios que consistía de tres seres —siendo -uno de estos «alguien» que carecía de todo cuerpo— así como les pareció absurdo -la autoridad dada a una persona que se daba como suyo unas tierras que -nunca había trabajado ni visto. De este breve «encuentro» aconteció el -«desencuentro»: la cruz o la guerra —que pudo haber sido la retirada a sus -respectivas realidades o el sacrificio del otro. - -En no «encontrarse» fue la imposibilidad de percibir en el otro un -humano-humano; es decir, un hombre como se conocía en cada mundo: era de -bárbaros el sacrificio; era de locos o borrachos el creer en semejante -divinidad o en un tlatoani que se arropaba todo el mundo para sí. El proceso -de diferenciación por parte de los españoles fue desde un sentido -ético-religioso —donde todos los americanos eran humanos, pero portadores del -pecado original, por lo que era preciso el tutelaje por mutuo acuerdo— cuyo -principal guía fue Bartolomé de las Casas. Pero también de un modo naturalista: -los indios carecían de razón natural, por lo que se justificaba la guerra en -caso de no querer aceptar la cruz —por ellos y por su porvenir— siendo Juan -Ginés de Sepúlveda su mayor punto de relieve. De la Junta de Valladolid se -desprendió la justificación necesaria para lo que ya se estaba llevando a -cabo en América. - -El proceso de diferenciación entre los americanos fue desconfianza ante la -palabra de los españoles, la rabia por haber dado abrigo al enemigo y el -insomnio por haber cambiado los fundamentos de su mundo. Los conquistadores -poco a poco mutaron en una plaga enviada por los dioses a modo de castigo: -ningún ritual o sacrificio podría salvar al mundo en deterioro. Y cuando el -centro de la realidad se fragmenta en mil pedazos o se convierte en níquel, -lo más anhelado es su aniquilación decisiva y la reserva de un refugio. -Quienes ostentaban el poder no les quedó sino tratar de enmendar sus abusos -en poco tiempo y tan despojados de orgullo que causó sospecha en lugar de -persuación. A esos americanos —a los autodenominados aztecas— la lucha y la -muerte digna fueron sus opciones. Moctezuma, la vergüenza de América, y -Cuauhtémoc, el trágico *élen vital* que anunció por lo alto la retirada de una -era. Los bárbaros del norte se fueron con el sol cuando murió la tarde, danza -afligida con Huitzilopochtli y su universo de valores guerreros. Entre los -americanos dominados por ese «imperio», los españoles se percibieron como un -mal menor, o al menos como esa maldad necesaria para salvaguardar lo poco que -les quedaba. Las alianzas o las treguas fue lo más viable cuando en el mundo -se estaba bajo la sombra de una voluntad más fuerte y violenta como fue esa -tribú chichimeca que fundó Tenochtitlan. - -Diferenciación en sentido ético-religioso o naturalista, o como ocaso digno -o nuevo sometimiento, por desgracia no fue suficiente para el proceso de -digestión de dos mundos. En esta tierra y con ese contraste de posturas -solo un mundo era posible: la confrontación ocurrió. Noches tristes, quema -de pueblos, suicidios colectivos y traiciones es como se traduce la parte más -obvia de este proceso. Henán Cortés y su huida por la pérdida de control -ocasionada por sus huestes; una revancha que marcó el hito para demostrar que -Tenochtitlan no era invensible; la «pacificación» del Pánuco, de Colima o de -Motines como «buen ejemplo» de la capacidad bélica española para quienes -negaran la cruz; los amotinamientos americanos que en varias ocasiones -estuvieron cerca de crear un punto de referencia sobre la debilidad de los -españoles; unos americanos que prefirieron matarse, asesinar a sus hijos y -apuñalarse el vientre para que ni ellos ni su estirpe fueran reducidos a -animales de carga, como lo describió Lebrón de Quiñones; un Tzintzuntzan que -de manera hábil pudo mantener una relativa paz con Cristóbal de Olid —uno de -los generales de Cortés— pero cuya tregua fue tan frágil como liviana se mostró -la palabra de Nuño de Guzmán cuando quemó al «rey» y al «reino» de -los purépechas. - -No fue la conquista de América, porque esta no existía en ninguna de estas -realidades: fue el ocaso de un horizonte y el encogimiento de un mundo. - -Si bien este relato es más una trama construida que la sucesión precisa de -hechos históricos, lo que quiero poner de relieve es que la comprensión del -«decubrimiento», «invención», «encuentro», «desencuentro» y conquista de -América es tanto un conjunto de hechos como su reconstrucción para tener -un conocimiento general de este momento específico de nuestra historia. -Esta reestructuración tan nuestra se comprende aquí a través de estas nociones: -1) el desconocimiento y los procesos de 2) digestión limítrofe, -3) humanización, 4) diferenciación y, por último, de 5) confrontación. Es un -factor fenoménico descrito desde una perspectiva general. Pero quizá también -sea aplicable, con sus respectivas modifiacciones, para la comprensión de -otro fenómeno… - -## 3. El reino, el muro, la selva y todavía más allá - -¿Qué tiene que ver una interpretación sobre ese facinante fenómeno que -ocurrió a los extremos del océano Pacífico durante el siglo XVI con la IA? -Los pormenores sobre el problema de una doble fundación de la Villa de Colima -con el tiempo formaron un montículo de barro que ha sido base del modelo, -aún fresco, de cinco nociones guías para la comprensión de un conjunto de -hechos históricos. Hablaré sobre ello como alteración de su forma para su uso -en el problema en torno a si la IA puede pensar. - -Que los españoles a partir de las quimeras de su mundo o que lo americanos -desde el carácter mítico del suyo hayan comenzado la digestión de -horizontes, implica una metáfora espacial entre lo lejano y lo cercano. -Si el límite es el lugar donde yace la ficción o el mito —aquello «irreal», -«amorfo», «ambiguo», «no convincente», «poco consistente» y «quebradizo»—, en -la medida que nos vamos acercando la tierra empieza a tener un poco más de -sentido, comienza a ser más significativa para nuestra vida porque en ella -apreciamos los recuerdos de lo que hemos sido, se asoma ese suspiro de ya estar -cerca de nuestro hogar y nace ese deseo de al fin desnudarnos y poder -descansar en esa *propiedad* donde nos sentimos seguros. - -Lo cercano es lo mío, es lo nuestro, es ese espacio de dominio por el que -día con día legitimamos su existencia como nuestra pertenencia mediante diversos -quehaceres. La legitimización no es por vía jurídica o mediante el poder del -Estado: el derecho y cualquier forma de estructura política crece sobre ese -lugar común de convivencia. Lo que le da fundamento es el cuidado para que esta -tierra —que no es inerte, sino viva: mundo— no desfallezca, su uso por ser base -de nuestras actividades diarias hasta la muerte y su transformación para -convertirla en un hogar, en el café y el pan después de la tormenta. Su peso es -dado por nuestro trabajo, pero no solo ese trabajo-trabajo que implica el uso -de la mano, el sudor hasta el óbito o la pérdida de lo que de antaño -considerábamos nuestro pero que fue sacrificado para no perder el dominio. -Trabajo también es ese esfuerzo de tratar de ver —entre los supuestos y los -prejuicios de quienes nos heredaron el reino— su fondo, ¿cómo construir si -desconocemos los cimientos, si no tenemos planos de esta cosa tan compleja que -se nos fue dada y la cual llamamos mundo? - -El «reino» porque eso que consideramos tan nuestro, tan propio, no es -políticamente neutro. Es más, en la mayoría de los casos tampoco es justo. Uno -imagina que el hogar es un espacio de tranquilidad y de comunión pero por lo -general eso no es mas que un deseo. Antes de llegar a casa los músculos -comienzan a relajarse; sin embargo, ya desde el umbral de la puerta empezamos -a escuchar el ruido, a oler el estercolero, a sentir el lodo que mancha -aquello a lo que hemos dedicado nuestro tiempo. La limpieza pasa de algo -lejano que hacían nuestros padres —más bien nuestras madres— a ser un rito. -De un de repente entre la barrida o la trapeada caemos en cuenta que ya somos -adultos: nadie está para limpiar nuestra mierda, pocos toleran ya nuestro -desorden. - -¿Qué hacemos pues ahí, si no es tan placentero? ¿Acaso es miedo de huir o -resignación porque lo peor es nada? No: es lo que somos. Somos espacio y -somos tiempo, pero no en esa abstracción que es el espacio cartesiano o el -tiempo como veinticuatro horas al día durante trecientos sesenta y cinco días -al año —esa libertad de ir a donde sea y ese ir solo hacia una muerte en lugar -de un mejor destino. El espacio es ese reino que todo el tiempo limpiamos, -¿cómo alejarse cuando nuestro ser no solo brota, sino que se funde entre -cara vericueto de esa arquitectura? - -Durante un tiempo pensamos que dicho «reino» era un proyecto ajeno que se nos -dio sin preguntarnos si queríamos continuarlo, un esbozo al que nos correspondía -darle un rumbo o quemarlo, un bosquejo donde solo uno, con la llave maestra -de lo auténtico, tenía el poder de decidir si se cumplía o pasaba a ser abyecto. -Pero nos equivocamos, el reino es la mancha de sangre que por más que -intentamos quitarla ya se quedó y ahora es evidencia de lo que somos. No es -externo ni una prolongación de mí, tampoco son mis actos, sino una estructura -fundada por lo que hemos sido y por lo que queremos ser. El reino es el -epicentro del ser, ese modo que somos y que damos por sentado y no dudamos, -que nos hace confesar que pese al disgusto y el asco provocado, lo que más nos -frustra es ser tiempo dedicado a un espacio en común cuya complexión nos impide -ser los únicos hacedores de nuestro destino. Más que «falta de tiempo» para -cumplir con lo asignado, es un quehacer sin estar al tanto de que a esas -pequeñas cosas a las que les dedicamos tiempo —aunque no lo queramos y pese a -que las llevemos a cabo por responsabilidad o para no fallarnos— terminan por -ser parte de nosotros: cumplen su ciclo al determinarnos en lo más profundo, -al marcar la pauta de lo que ahora somos. - -El reino no solo carece de paz por el enorme peso de ser a cada instante, la -hostilidad también viene porque solo en el sometimiento se encuentra la -estabilidad buscada. Podemos negarnos ser y recluirnos o ser llevados hasta la -nada. No todas las posibilidades del ser son edificantes, tal como su epicentro -espera. Paso a paso se puede ir o se nos arroja a los márgenes del reino para -*ser nada*. Es decir, ser momento, desaparición o muerte, y ser olvido, -recuerdo o espectro para quienes nos ven alejarnos. Ese espacio donde el ser -pasa a ser efímero es la nada: lo que yace inmediatamente afuera del reino, -esos campos donde se cultivan los frutos que ha de comer el reino, eso tan -menospreciado pero al mismo tiempo tan necesario para que el ser sea mármol -que no sucumbe a nada. - -¿Cómo puede el reino edificarse si no busca más allá de sí lo que puede tomar -con la mano? ¿Qué no es acaso por la nada —ese ser paupérrimo— que el ser se -funda como ser «real», «con forma», «convincente», «consistente» y «sólido»? -La nada, más que una oposición al ser, es el ser degradado desde la mirada del -ser edificado. Como la nada también es, es esa tierra erosionada que a cada -instante avanza, es arena que se mete entre los dedos de los pies y de ahí -a nuestra casa: es parte de esa suciedad que a cada instante nos demuestra -que el mundo como un espacio «limpio» es la necedad de ser fundado. - -¿Qué hacer cuando la nada también avanza y esto se percibe como amenaza? No -hay mejor defensa que un muro. El reino hace un último esfuerzo de demostrar -su poder fundante al construir, alrededor de lo que considera su espacio vital, -una pared cuyo acceso es controlado. La división entre el ser efímero y el -ser edificado es una decisión política que afecta la arquitectura del espacio -de convicencia. Es una resolución que no necesita consentimiento porque es el -epicentro quien la implementa por la fuerza. Y eso nuevo que constriñe al reino -y que en un primer momento es molesto y despreciable, poco a poco pasa a ser -aceptado y alabado. La política autoritaria poco importa cuando el tiempo -borra su violencia y legitima la nueva configuración que ha creado. El muro -impide un mayor crecimiento del reino, por lo que su ser se derrama a sus -afueras: entre más bárbaros, más civilizado es el reino. Y entre quienes de -manera arbitraria les tocó quedarse encerrado entre los muros, desde sus puertas -o por lo alto de las paredes contemplan un panorama desolador que solo el muro -evita su choque con el reino. La nada de ser efímera pasa a ser eso otro -radicalmente distinto del ser entre muros, de lo que desde adentro se dice que -es el ser, sin coletilla, porque ya no hay más ser allá de ese muro. - -¿Qué tal si el reino no tuviera muros? ¿Que pasaría si el dominio no estuviese -limitado por la nada? ¿Cómo sería si la nada no existiera? El reino que nos -fue entregado ya tenía incluido un muro. Pero el ser y la nada es política -ontológica de este mundo. Ente porque nos hace ser lo que somos en un *polis* -que define el modo de desenvolvimiento tanto dentro como afuera del muro. -Esto significa que en otro mundo esto no fue necesariamente así: en otro -horizonte ni la nada ni el ser eran; es decir, el reino no fue sinónimo de -ser fundado. - -Lo que se considera «verdadero» en este reino fue la vara de medida por la -cual «*nelli*» fue traducida del náhuatl como «verdad». Pensar que *nelli* -es una particula que quiere decir la «verdad» es intentar imponer las reglas -de este reino sobre otro mundo cuyo orden no se regía por el ser ni por la nada. -El mundo era, pero no tenía ni necesitaba de ser. *Lo que es* en ese mundo -su epicentro era una base más fugaz: era raíz. El mármol yace *sobre* la tierra -y se queda ahí erosionándose por milenios o hasta que alguien más viene y lo -destruye. Mientras tanto, de las semillas brotan las plantas *desde* la tierra -cuyas raíces se dispersan por el suelo, luego maduran y después mueren para -ser abono y comenzar de nuevo con el ciclo. Todo esto pasa mientras el mármol -sigue ahí, a la expectativa de ser material fundante. En un mundo donde no hay -ser ni nada, no hay muro que separe al reino de sus márgenes inmediatos: lo -que es enraizado convive con lo que no tiene raíz. Juntos permanecen en ese -espacio en común, que sin ser del todo pacífico, no hay autoridad que marque -una pauta porque ni siquiera existe un marco de referencia donde estos -elementos estén en dicotomía, sino que más bien los dos extremos que al -fundirse crean un mundo en sonoridad florida. Así que el muro, más que dado, -fue constituido y ha sido mantenido por nosotros y nuestros antecesores. - -Más allá del espacio común de convivencia —ahora diferenciado por un muro -entre el reino: el ser edificado, y la nada: el ser efímero— está -la selva: aquello que es pero sin que el reino pueda instaurarlo como ser o -como nada, ese ser que sin ser edificado tampoco es efímero, sino que alimenta, -entretiene y sugiere nuevas políticas para el reino: el ser ficticio. - -## 4. El motín por la inteligencia artificial - ---- - -Desconocimiento -Digestión a través del límite de lo real (mito y ficción) -Humanización -Diferenciación -Confrontación - -=> Aculturación - -**Poner guiones: —** - -Más que el europeo haya dotado de «ser» a América, le -**implantó un orden de las cosas** en torno a algo tan desconocido y euroasiático -como lo es el concepto de «ser». - -un conjunto de hechos como **su reconstrucción** para tener un conocimiento -general de este momento específico de nuestra historia - -La puesta al límite tiene una **relación de poder**. - -Pero prefiero otra división cuando se trata del problema sobre si la IA -«piensa», que a lo largo de este texto intentaré indicar su pertinencia: -**EMULACIÓN o EXPLORACIÓN**.